jueves, 7 de junio de 2012

LAS TAREAS DIRIGIDAS


¿Qué se entiende por tareas dirigidas?


La tarea dirigida, como indica su nombre, tiene por objetivo guiar las asignaciones escolares de los estudiantes, desde que están en etapa pre-escolar o de educación inicial, hasta el bachillerato.  Generalmente, damos este tipo de atención a nuestros hijos cuando somos padres muy ocupados, que trabajamos durante todo el día y no nos queda tiempo para ayudarlos a resolver sus tareas; para formar hábitos de estudio; porque no tenemos la paciencia que se requiere para brindar ayuda amorosa y pacientemente (como debería ser); cuando no tenemos el suficiente dominio de los temas o preparación académica; cuando se hace difícil controlar a nuestros hijos, y la hora de hacer la tarea se nos vuelve un caos, lleno de gritos y amenazas, que agota a los padres y estresa a los niños, con la posible consecuencia del rechazo permanente a cumplir con las tareas…
Adicionalmente, se suele llevar a los niños a las tareas dirigidas cuando se aprecia alguna deficiencia o desventaja en su rendimiento académico; como ejemplo puedo citar al estudiante que “no quiere arrancar a leer” (como se suele decir coloquialmente); o que “es un zángano… copia, pero no toma los dictados”; que no se aprende las tablas, o que le cuesta resolver las cuentas… en fin, los niños en los que se aprecian dificultades en su desempeño académico.
Con este marco introductorio, quiero exponer mi preocupación como especialista en las dificultades para el aprendizaje y los problemas emocionales.  Cuando las razones por las que llevamos a nuestr@s hij@s a las tareas dirigidas son las que mencioné en el primer párrafo, u otras similares, pienso que es una decisión acertada.  Sin embargo, cuando se trata de que presenta alguna dificultad, lo recomendable sería en principio consultar a un especialista, para determinar si esa dificultad tiene su origen en alguna falla en los procesos psico-neurológicos, o algún otro de los factores que suelen incidir en el aprendizaje, (como por ejemplo la falta de madurez general para afrontar el aprendizaje de las áreas instrumentales – lectura, escritura y cálculo – muy común en nuestros días, debido a la corta edad con que se promueven a los niños al primer grado).
Pero, generalmente, no se piensa en que nuestro hijo pudiera tener alguna dificultad, e insistimos en que la tarea dirigida le resolverá el problema y lo nivelará.  Pues bien, en algunos casos se tiene el resultado esperado, pero en otros, las fallas persisten, corriendo el riesgo de que continúe su escolaridad sin la atención apropiada, con deficiencias en el aprendizaje, que se vuelven cada vez más difíciles de superar, las que crecen con cada uno de los grados por los que pasa el estudiante, para dar la voz de alarma durante la segunda etapa de educación básica o primaria (la que coincide con el 4º grado) o al culminar la primaria y entrar al bachillerato, cuando las deficiencias  que hasta ese momento se habían solapado con la entrega de las asignaciones para el hogar, y las políticas del sistema educativo.
Mi recomendación para los padres que llevan a sus hijos a tareas dirigidas con el fin de superar deficiencias en el aprendizaje sería monitorear de cerca  el proceso de aprendizaje de su hij@, y si el problema persiste a pesar de la atención que está recibiendo, solicitar ayuda al especialista, que por tratarse del aprendizaje lo recomendable sería un psicopedagogo.
Otras recomendaciones serían:
-    -  Seleccionar a alguien que tenga experiencia comprobada en trabajo con niños;
-    -  Que tenga paciencia y capacidad pedagógica (que sepa explicar);
-    -   Que atienda pocos niños, así tendrá más tiempo para dedicarse al suyo.
-    -   Si recibe quejas de mal trato o trato discriminatorio, cámbielo.
-    -   Que tenga suficiente carácter, pero que a la vez sea una persona amorosa y paciente.
-    -   Que le guste lo que hace; que no sea sólo un negocio.
-  -  Que el espacio en el que recibe a los niños tenga características que favorezcan el aprendizaje (buena iluminación, pocos estímulos distractores, mobiliario adecuado, suficiente material para investigación).
En síntesis, las tareas dirigidas son un recurso útil e importante, siempre que tenga el objetivo de ayudar en el cumplimiento de las tareas escolares, al tiempo que afianza los conocimientos que se adquieren en el salón de clases, y se van sembrando adecuados hábitos de estudio; pero cuando se habla de dificultades, lo recomendable sería acudir a un especialista en la materia.

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